Sermón predicado en la Iglesia de San Francisco de Puebla, en la solemne función celebrada en honor de sus santos patronos por el ilustre colegio de abogados, 22 de Febrero de 1884.
Discurso pronunciado en la solemne distribución de premios de la Universidad de Nuestra Señora, del Estado de Indiana, en los Estado Unidos de América, 27 de Junio de 1884.