La araucana / por Alonso de Ercilla y Zúñiga.
Tomo II
Tabla de Contenido
Preliminares.
La Araucana. (Continuación de la Segunda Parte)
Canto XXIV. Dase noticia de la batalla naval, del desbarate y rota de la armada turquesa con la huida de Ochalí.
Canto XXV. Asientan los españoles su campo en Millarapué; llega a desafiarlos un indio de parte de Caupolican; vienen a la batalla muy reñida y sangrienta; señálanse Tucapel y Rengo; cuéntase también el valor que los españoles mostraron aquel día.
Canto XXVI. Dase noticia del fin de la batalla y retirada de los araucanos; la obstinación y pertinacia de Galvarino y su muerte; así mismo se pinta el jardín y estancia del mago Fiton - Canto XXVII. Ponese la descripción de muchas provincias, montes, ciudades famosas por natura y por guerras; cuentase también como los españoles levantaron un fuerte en el valle de Tucapel, y cómo D. Alonso de Ercilla halló a la hermosa Glaura.
Canto XXVIII. Cuenta Glaura sus desdichas y la causa de su venida; asaltan los araucanos a los españoles en la quebrada de Purén; pasa entre ellos una recia batalla; saquean los enemigos el bagaje; retirase alegres, aunque desbaratados - Canto XIX. Entran los araucanos en nuevo consejo; tratan de quemar sus haciendas; pide Tucapel que se cumpla el campo que tiene aplazado con Rengo; combaten los dos en estacada brava y animosamente.
La Araucana.
Tercera Parte.
Canto XXX. Contiene este canto el fin que tuvo el combate de Tucapel y Rengo; así mismo lo que Pran araucano pasó con el indio Andresillo, Yanacona de los españoles - Canto XXXI. Cuenta Andresillo a Reinoso lo que con engañado viene sobre el fuerte, pensando hallar a los españoles durmiendo.
Canto XXXII. Arremeten los araucanos el fuerte; son rebatidos con miserable estrago de su parte; Caupolican se retira a la sierra deshaciendo el campo; cuenta D. Alonso de Ercilla a ruego de ciertos soldados la verdadera historia y vida de Dido.
Canto XXXIII. Prosigue D. Alonso la navegación de Dido hasta que llegó a Diserta: cuenta como fundó a Cartago, y la causa porque se mató; también se contiene en este canto la prisión de Caupolican.
Canto XXXIV. Habla Caupolican a Reinoso, y sabiendo que ha de morir, se vuelve cristiano; muere de miserable muerte, aunque con ánimo esforzado; los araucanos se juntan a la elección del nuevo General; manda el Rey D. Felipe levantar gente para entrar en Portugal - Canto XXXV. Entran los españoles en demanda de la nueva tierra; sáleles al paso Tunconabala, persuádeles a que se vuelvan pero viendo que no aprovecha, les ofrece una guía que los lleva por grandes despeñaderos, donde pasan terribles trabajos.
Canto XXXVI. Sale el cacique de la barca a tierra; ofrece a los españoles todo lo necesario para su viaje, y prosiguiendo ellos su derrota, les ataja el camino el desaguadero del Archipiélago; atraviésale D. Alonso en una piragua con diez soldados; vuelven al alojamiento, y de allí por otro camino a la ciudad Imperial - Canto XXXVII. En este último canto se trata cómo la guerra es de derecho de las gentes, y se declara el que el Rey D. Felipe tuvo al reino de Portugal, juntamente con los requerimientos que hizo a los portugueses para justificar más sus armas.
La Mosquea.
Canto I.
Canto II.
Canto III.
Canto IV.
Canto V.
Canto VI.
Canto VII.
Canto VIII.
Canto IX.
Canto X.
Canto XI.
Canto XII.
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