II. Atributos de Dios.
III. Creación del hombre.
IV. Existencia y espiritualidad del alma.
V. Aclaración y conformación de la misma verdad.
VI. Inmortalidad del alma, premios y recompensas de la otra vida.
VII. Conformidad de la razón con la religión en lo tocante al alma y a la creación del hombre.
VIII. Continuación de la misma materia.
IX. Existencia de una religión verdadera.
X. Lamentable ceguera de los indiferentes en religión.
XI. Corrupción del linaje humano.
XII. Reparación del linaje humano por Jesucristo.
XIII. Verdad de la venida de Jesucristo.
XIV. Divina misión de Jesucristo.
XV. Continuación de la misma materia.
XVI. El cumplimiento de las profecías es otra prueba de la divinidad de Jesucristo.
XVII. Continuación de la misma materia.
XVIII. Argumento irrecusable a favor de la divinidad.
XIX. Se deshace el argumento fundado en la extensión y duración del Mahometismo.
XX. Se deshace la dificultad fundada en la idolatría.
XXI. Divinidad de la Iglesia Católica.
XXII. Falsedad de las sectas separadas de la iglesia romana.
XXIII. Se dan algunas reglas para no dejarse engañar por los protestantes.
XXIV. Otro argumento contra los protestantes.
XXV. Reglas de prudencia que debe observar el católico al tratar de los misterios.
XXVI. Método para disputar con los incrédulos sobre los misterios.
XXVII. Se manifiesta la ecsistencia y la necesidad del sumo Pontificado.
XXVIII. Sobre la potestad de la Iglesia para imponer mandamientos a los fieles.
XXIX. Autoridad de la Iglesia en la prohibición de los malos libros.
XXX. Demuestrase la necesidad de aquellos que hacen del incrédulo por parecer sabios.
XXXI. Continuación de la misma materia.
XXXII. Reflexiones que debe tener presentes el católico al proponerse alguna dificultad contra la religión.