I. De los motivos y razones que ha tenido este pecador para escribir confesiones, y memorial de miserias y misericordias.
II. De los cargos generales que Dios puede hacer a este pecador.
III. De los beneficios particulares que Dios hizo a este pecador en su infancia, antes de nacer y luego después de haber nacido.
IV. De otras misericordias que obro Dios con este pecador hasta que lo conoció su padre, y comienzan sus miserias.
V. Obliga Dios con nuevos beneficios a este pecador.
VI. De otros beneficios que Dios hizo a este pecador en estos diez años.
VII. De los peligros que Dios libró a este pecador.
VIII. De otros beneficios de bienes de fortuna que Dios hizo a este pecador.
IX. Cargos de misericordia contra este pecador, cuando Dios lo sacó de la niebla y tinieblas de la culpa.
X. Estrecha Dios mas la vocación de este pecador con nuevos beneficios sobre naturales.
XI. Dios le fue haciendo nuevas misericordias a este pecador.
XII. De otras misericordias y cargos que puede hacer Dios a este pecador, y como se ordenó de sacerdote.
XIII. Recibe nuevas misericordias del señor este pecador, cargos que su bondad puede hacerle si no procura servirle.
XIV. Nuevos cargos y misericordias, y que la virgen le imprimió el amor a su hijo preciosísimo y de que manera.
XXI. Sácale Dios de otros trabajos a este pecador.
XXII. Raras misericordias que Dios uso con este pecador para que del todo no se perdiese.
XXIII. De los medios que se valió la culpa, el demonio a su mala inclinación para que este pecador estuviese a tan grandes peligros de perderse.
XXVII. Llega a su iglesia, comienza a obrar en su ministerio.
XXVIII. Le va Dios estrechando mas las reglas a este pecador y dando inflamaciones de amor.
XXIX. De otras misericordias de Dios y deseos que le ha dado del consuelo y bien de las almas de su cargo.
XXX. De otras misericordias que Dios hizo en las visitas a este pecador y de sus misericordias, y como visitaba su obispado.
XXXI. De algunas cosas que sucedieron visitando su obispado.
I. Cuán dignos son los indios del amparo real de nuestra majestad, por la suavidad con que reciben la Ley de Cristo Señor Nuestro.
II. De lo que merecen los indios el amparo de vuestra Majestad, por el fervor grande con que se ejercitan en la religión cristiana.
III. De lo que merecen el amparo real de vuestra Majestad los indios por la suavidad con que han entrado en su Real Corona.
IV. Del valor y esfuerzo de los indios, y que su lealtad y rendimiento a la corona de vuestra majestad no procede de bajeza de ánimo, sino de virtud.
V. Cuán dignos son los indios de la protección Real.
VI. De la inocencia de los indios y que se hallan comúnmente exentos de los vicios de la soberbia.
XII. De la parsimonia del indio en su comida.
XIII. De la obediencia.
XIV. De la discreción y elegancia del indio.
XV. De la agudeza y prontitud del indio.
XVI. De la industria del indio, señaladamente en las artes mecánicas.
XVIII. De la valentía del indio.
XIX. De la humildad, cortesía, silencio y maña del indio.
XX. De la limpieza del indio y de su paz.
XXI. Respóndase a algunas objeciones que se pueden oponer.