XVII. En donde se ve que si la providencia protegía a Cortés por la generosa causa que defendía, no podía menos de castigar los ambiciosos propósitos de Garay.
XVIII. Donde la conducta de Garay es un ejemplo palpable de que la codicia rompe el saco.
LV. Donde descubre el ilustre caudillo una conspiración en la que se proponía los mejicanos acabar con todos los españoles y castigo que les dio Cortés.
LVI. En el que llega a saber Cortés lo que ocurría en Méjico.
CIX. En el que el ilustre caudillo, después de efectuar su enlace con doña Juana Arellano y Zúñiga, regresa á Méjico, con cuyo motivo se agitan de nuevo sus enemigos.-