De la obligación de decir la misa con circunspección y pausa / por Joaquín Lorenzo Villanueva
Madrid : Imprenta Real, 1788.
Tabla de Contenido
Cap. I. Qué entendemos por pausa en la Misa, y qué por apresuramiento.
Cap. II La honra del sacerdocio nos obliga á decir la Misa con gravedad y pausa
Cap. III. Hace mas estrecha esta obligacion el ser la Misa la obra principal del
Cap. IV. Debe el Sacerdote decir despacio la Misa por representar en ella al mismo Jesu-Christo.
Cap. V. Debe guardar tambien esta pausa , por respeto á la ofrenda que en la Misa se ofrece.
Cap. VI. Encarécese esta obligacion por el modo con que se ofrece Christo en la Misa.
Cap. VII. Debemos guardar sosiego en la Misa, por proponerse este sacrificio en forma de combite.
Cap. VIII. Demuéstrase esta obligacion de los Sacerdotes, por ser en la Misa
Cap. IX Es necesaria la pausa y devocion en la Misa , para impetrar lo que en ella se pide.
Cap. X. Obliganos á lo mismo el ser en la Misa Procuradores y Abogados del pueblo.
Cap. XI. Esfuérzase esto con otros exemplos.
Cap. XII. Deben los Sacerdotes decir la Misa con pausa, por respeto á su propia instruccion.
Cap. XIII. Debemos ser graves y circunspectos en la Misa, por seguir el exemplo de los Santos.
Cap. XIV. Debemos decir la Misa con gravedad, por vindicar á la santa Iglesia de las calumnias de sus enemigos.
Cap. XV. La aceleracion en la Misa repugna á los fines por qué se celebra.
Cap. XVI. En ninguna parte de la Misa cabe aceleracion.
Cap. XVII. Tampoco cabe esta prisa en las ceremonias.
Cap. XVIII. Declárase esto por el espíritu de las ceremonias de la Misa.
Cap. XIX. Los que se apresuran en la Misa, necesariamente han de hacer las ceremonias fuera de tiempo.
Cap. XX. Necesidad de sosiego en la preparacion de la Misa.
Cap. XXI. Necesidad de sosiego pera dar gracias á Dios despues de celebrar.
Cap. XXII. Si es pecado abreviar la Misa.
Cap. XXIII. Ni la agilidad de la accion, ni la expedicion de la lengua justifican las Misas apresuradas.
Cap. XXIV. El respeto de los seglares debe hacernos pausados y circunspectos en la Misa.
Cap. XXV. No vale contra esta obligacion de los Sacerdotes, el que los seglares gusten de Misas cortas.
Cap. XXVI. Los Sacerdotes dan ocasion á este daño por no celebrar con pausa uniformemente.
Cap. XXVII. No justifican este apresuramiento las ocupaciones de los seglares que asisten á la Misa .
Cap. XXVIII. Quan frívola sea esta escusa de las ocupaciones por partes de los seglares.
Cap. XXIX. Respondese á los que antes quieren oir dos Misas breves, que una larga.
Cap. XXX. Es injusticia en los seglares exigir de los Sacerdotes que sean apresurados en la Misa.
Cap. XXXI. No puede el Sacerdote apresurarse en la Misa, por tener que acudir á negocios propios.
Cap. XXXII. Respóndese á los que dicen que el celebrar con pausa es de escrupulosos.
Cap. XXXIII Respóndese á los que dicen que la pausa en la Misa es solo de los perfectos.
Cap. XXXIV. Si es causa para abreviar la Misa el miedo de las tentaciones.
Cap. XXXV. La sequedad que siente el Sacerdote en la Misa, no es bastante causa para apresurarse en ella.
Cap. XXXVI. Si es bien apresuraranos en la Misa por adelantar este sufragio á los difuntos.