Camino espiritual de la manera que lo enseña el bienaventurado Padre San Ignacio en su libro de ejercicios / por Luis de la Palma

Barcelona : Imprenta y librería de la V. E. H. de J. Subirana, 1887


Tabla de Contenido


Preliminares.
Parte 1.

Parte 2.

Libro primero.

Capítulo I-II.
I. De la excelencia de este libro, y de su autor.

II. De lo mucho que Santo Padre fue ayudado de Nuestro Señor para escribir este libro.

Capítulo III-V.
III. De otras ayudas que tuvo nuestro Santo Padre para escribir este libro.

IV. Conclusión de todo lo dicho.
V. Que el ejercicio de la perfección es significado por este nombre de camino.

Capítulo VI-VIII.
VI. De tres partes que tiene el camino espiritual.

VII. De tres diferentes grados o estados de personas que andan por el camino de la perfección.
VIII. De las tres vías purgativa, iluminativa, y unitiva.

Capítulo IX-XI.
IX. De algunos documentos de importancia, que se sacan de la doctrina que está declarada

X. De otros documentos que se siguen de la misma doctrina.
XI. Qué cosa es ejercicio espiritual, y qué se entienda por este nombre.

Capítulo XII-XIII.
XII. En que se declara con qué pasos se hace el ejercicio espiritual

XIII. Que se deben señalar algunos pasos o grados de perfección, ciertos y determinados en cada una de las tres vías.

Capítulo XIV-XVI.
XIV De la división de nuestros ejercicios en las cuatro semanas.

XV. De los cinco grados de la primera semana.
XVI. Del primer grado de los incipientes, que es la conocimiento y deseo de su último fin.

Capítulo XVII-XVIII.
XVII. Del segundo grado de los incipientes, que es el dolor de los pecados pasados.

XVIII. De otros dos motivos que hay para dolerse de los pecados.

Capítulo XIX-XXI.
XIX. Del orden con que el penitente suele subir á la perfecta contrición, y de un impedimento que hay para ello.

XX. Del modo con que nuestro Santo Padre guía á los incipientes para alcanzar la perfecta contrición.
XXI. De dos afectos que se han de sacar de la consideración de los pecados.

Capítulo XXII-XXIII.
XXII. Del tercer grado de los incipientes, que es el propósito de la enmienda.

XXIII. Del cuarto grado de los incipientes, que es huir de las ocasiones.

Capítulo XXIV-XXVI.
XXIV. Del quinto grado de los incipientes, que es temor de Dios.

XXV. Conclusión de los dichos en los capítulos pecados.
XXVI. De las virtudes que se han de ejercitar en la primera semana y vía purgativa.

Capítulo XXVII-XXVIII.
XXVII. Que los incipientes, que están en la vía purgativa, se deben ejercitar en la guarda de la soledad.

XXVIII. Que la soledad ayuda también á los proficientes y á los perfectos.

Capítulo XXIX-XXX.
XXIX. Que desde el principio de la conversión se debe poner mucho cuidado en la guarda del silencio.

XXX. Que el silencio ayuda al ejercicio de las virtudes, y á la unión con Dios.

Capítulo XXXI. Que los que tratan de aprovechar á sus prójimos deben guardar la soledad y el silencio á sus tiempos.

Capítulo XXXII._Prosigue el mismo intento, y que á los que tratan del ministerio de las palabras, es muy necesaria la guarda del silencio.

Libro segundo.

Capítulo I. De las dificultades de la vía iluminativa, y primero de las Tentaciones que en ella se ofrece.

Capítulo II-III.
II. Que las tentaciones de los proficientes se reducen á dos cabezas.

III. De las dificultades de los proficientes por parte del ejercicio de la virtudes, y de los medios con que se vencen.

Capítulo IV-V.
IV. De la muchedumbre de las virtudes, y primero de las virtudes teologales.

V. De la muchedumbre de las virtudes morales.

Capítulo VI-VII.
VI. Que todas las virtudes son necesarias para la perfección, y de la dificultad que resulta de aquí á los proficientes.

VII. Que el primer paso de la vía iluminativa, es el propósito de imitar a Cristo Nuestro Señor, y cumplir sus inspiraciones.

Capítulo VIII-IX.
VIII. Que con el ejercicio sobredicho se vence la primera dificultar de la muchedumbre de las virtudes.

IX. Que la vía iluminativa no es otra cosa que el camino y de la imitación de la cruz.

Capítulo X-XI.
X. Del segundo grado de la vía iluminativa, que es la pobreza de espíritu y de corazón.

XI. De los ejercicios con que se alcanza este propósito, y de la meditación de los tres binarios.

Capítulo XII-XIII.
XII. De la segunda dificultad de los proficientes, que es saber distinguir las verdaderas virtudes de las fingidas y aparentes.

XIII. De otras dos maneras en que las virtudes son aparentes y no verdaderas.

Capítulo XIV. Que unas virtudes sólidas, y otras que no lo son y del Remedio para que lo sean.

Capítulo XV-XVI.
XV. Del tercer grado de la vía iluminativa, que es la pobreza y humildad con el efecto.

XVI. Que no solamente es necesaria la pobreza actual sino también la humildad actual con experiencia de desprecios é injurias.

Capítulo XVII-XVIII.
XVII. Que se debe despreciar la honra del mundo y estimarse la honda que viene de solo Dios.

XVIII. Que los humildes desean su desprecio y no ser conocidos ni estimados de los hombres.

Capítulo XIX-XX.
XIX. Que puede unos buscar su honra y defenderla, cuando esto en mayor honra y gloria divina.

XX. De los casos en que hemos de abrazar la humildad actual.

Capítulo XXI. Que para llevar bien cualquiera humillación, ayuda mucho el propio conocimiento.

Capítulo XXII. De otros ejercicios de humildad en las palabras y en las obras.

Capítulo XXIII. Que este ejercicio de humildad es particularmente necesario á los ministros del Evangelio...

Capítulo XXIV-XXV.
XXIV. De la tercera dificultad de los proficientes, y que el ejercicio de las virtudes ha de empezar por la pobreza y por la humildad

XXV. Prosíguese el mismo intento, y declárense los tres grados de humildad.

Capítulo XXVI-XXVII.
XXVI. De otras razones porque el ejercicio de las virtudes se ha de empezar por la humildad.

XXVII. Conclusión de lo dicho en los capítulos pasados.

Capítulo XXVIII-XXIX.
XXVIII. De la cuarta dificultad de la vía iluminativa, que es haber de Caminar con consolaciones y sin ellas.

XXIX En que se declara más la doctrina del capítulo pasado.

Capítulo XXX-XXXI.
XXX. Del cuarto propósito de la vía iluminativa y qué sea la buena elección.

XXXI._Del quinto propósito de la vía iluminativa, que es la firmeza en lo determinado.

Capítulo XXXII. Conclusión de lo dicho acerca de la vía iluminativa.

Libro Tercero.

Capítulo I. Por qué causa nuestro padre san Ignacio no uso de este nombre de unión o de vía unititiva.

Capítulo II-III.
II. Qué cosa es lo que llamamos unión o vía unitiva.

III. Que los trabajos y adversidades, y todo lo que es contra el gusto é inclinación de la carne, ayuda á la unión con Dios.

Capítulo IV-V.
IV. Que la unión con Dios se hace por contemplación y por amor.

V. De la materia de la contemplación que se halla en la primera semana.

Capítulo VI-VII.
VI. Que el misterio de la encarnación es excelente materia de contemplación, y como se ayuda de ella nuestro Santo Padre

VII. Que desde el principio pretende nuestro Santo Padre ir disponiendo al ejercitante en el modo de contemplar.

Capítulo VIII. Que en la vía unitiva hay mayores y más frecuentes consolaciones que en las demás jornadas del camino espiritual.

Capítulo IX. Que también la vía unitiva se puede andar sin consolaciones.

Capítulo X. Que el amor consiste en obras y no en palabras.

Capítulo XI. Que el amor fingido y de solas palabras se puede hallar también en los afectos interiores de la voluntad.

Capítulo XII. Que la caridad cuanto es más perfecta, tanto se descubre más en las obras.

Capítulo XIII. Que las obras en que consiste el amor han de ser de mucha comunicación entre los amantes...

Capítulo XIV-XVI.
XIV. De cinco grado o pasos de la vía unitiva.

XV. Del primer grado de la vía unitiva.
XVI. Del grado segundo de la vía unitiva.

Capítulo XVII. Del tercer grado de la vía unitiva.

Capítulo XVIII. Del grado cuarto de la vía unitiva.

Capítulo XIX. Del quinto grado de la vía unitiva.

Capítulo XX. Que la meditación de la pasión, de que se trata en la tercera semana, ayuda en todos estados y en todas cuatro semanas.

Capítulo XXI-XXII.
XXI. A qué parte del camino espiritual corresponden los ejercicios de la tercera y cuarta semana.

XXII. Que á todo gênero de personas conviene tener alguna oracion Retirada.

Capítulo XXIII-XXIV.
XXIII. Cuánto tiempo se deba dar á la oración.

XXIV. Que los que trata del ministerio de ayuda á las almas tienen particular necesidad de la oración retirada.

Capítulo XXV. En qué forma se ha de tasar el tiempo de la oración Retirada.

Capítulo XXVI. Conclusión de todo lo dicho en los tres libros Precedentes.

Libro Cuarto.

Capítulo I. Que el camino espiritual tiene necesidad de guía y de

Capítulo II. De las reglas que hay en este libro de los ejercicios.

Capítulo III. A qué cabezas se pueden reducir todas las reglas de este libro.

Capítulo IV-V.
IV. Que el que da los ejercicios ha de tener ciencia y experiencia de ellos.

V. Que el que da los ejercicios ha de tener amor y aplicación á darlos.

Capítulo VI. De la prudencia que ha de tener el que ha de dar los ejercicios, y primeramente del conocimiento que ha de tener del que los hacen.

Capítulo VII-VIII.
VII. Que todos los ejercicios se deben acomodar á la disposición del que los hace.

VIII. Del tiempo y modo con que se han de platicar estas cosas al que hace los ejercicios.

Capítulo IX-X.
IX. Que el que da los ejercicios no solo ha fiel para con Dios.

X. De otro grado de poca fidelidad que es la avaricia.

Capítulo XI-XII.
XI. Prosigue el mismo intento de la sinceridad de intención que deben tener los Padres y maestro espiritual.

XII. De otras dos cosas en que se suele torcer la intención del Padre espiritual.

Capítulo XIII-XIV.
XIII. De la fidelidad que debe guardar el maestro para con Dios, cuanto al ejercicio espiritual.

XIV. Que la elección que se hace por divina inspiración, hacen mucha ventajas á la que se hacen por persuasión humana.

Capítulo XV-XVI.
XV. Como se ha de haber el que da los ejercicios con el que los hace antes de la oración.

XVI. Como ha de ayudar el maestro espiritual después de la oración, particularmente en tiempo de desolación.

Capítulo XVII-XVIII.
XVII. Como debe ser ayudado el que está en consolación.

XVIII. De un testimonio del bienaventurado padre San Ignacio en confirmación de la anotación quince.

Capítulo XIX-XX.
XIX. De las calidades y disposiciones que hade tener el que hace ejercicios.

XX. Que el deseo de la perfección es disposición para hacer los ejercicios.

Capítulo XXI. Que el deseo de elegir estado es disposición para hacer los ejercicios.

Capítulo XXII. Como se les han de dar los ejercicios á los que les falta Algunas de las disposiciones sobredichas.

Capítulo XXIII. De las disposiciones que ha de procurar uno cuando ya se recoge ya se recoge á los ejercicios, estando de ellos, y primero de la soledad.

Capítulo XXIV-XXV.
XXIV. De la claridad que ha de guardar el que se ejercita con su maestro y padre espiritual.

XXV. Como se ha de disponer para con Dios el que hace los ejercicios espirituales.

Capítulo XXVI. Que los ejercicios se deben hacer por espacio de treinta días, poco más o menos.

Capítulo XXVII-XXVIII.
XXVII. De las ayudas que hay para perseverar en los ejercicio por un mes.

XXVIII. De otra cosa qué ayudan para poder perseverar en los ejercicios por un mes.

Capítulo XXIX-XXX.
XXIX. De los provechos que se sigue de hacer ejercicios por treinta días.

XXX. Respóndase á una duda que se puede ofrecer contra lo dicho.

Capítulo XXXI. En que se declaran las veinte anotaciones que están al principio del principio del libro de los ejercicios.

Libro Quinto.

Capítulo I-II.
I. Que el primero en quien se experimento el fruto de estos ejercicios, fue en su mismo autor.

II. Que la primera planta y modelo de la religión de la compañía, se hizo y forjo en estos ejercicios.

Capítulo III. Que del libro de los ejercicios se ayudo mucho nuestro Santo padre para escribir las Constituciones...

Capítulo IV. Que los ejercicios espirituales es una de las experiencias en que son probados los novicios, y por qué causa.

Capítulo V. Que la pureza de la vida y el estudio de la oración ayudan mucho al de las letras.

Capítulo VI. Que el modo de ejercitarse que nuestro Santo padre enseña en su libro ayuda particularmente al estudio de las letras.

Capítulo VII-VIII.
VII. Pruébase lo mismo del segundo fundamento de los ejercicios.

VIII. Concluyese de los capítulo pasados, cuánto ayuden estos ejercicios para el estudio de las letra.

Capítulo IX-X.
IX. Que en los ejercicios espirituales tenemos grande ayuda para aprovechar a nuestros prójimos.

X. De lo que nuestro Santo Padre Ignacio sintió de su libro de ejercicios.

Capítulo XI-XIII.
XI. De otro testimonio de nuestro Santo Padre, sobre la excelencia de los ejercicios.

XII. De una carta de nuestro Santo Padre en que da testimonio de la excelencia de los ejercicios.
XIII. De las persecuciones que es han levantado contra los ejercicios.

Capítulo XIV. De las causas porque los ejercicios fueron tan perseguidos en sus principios.

Capítulo XV. Que la falta de experiencia de los ejercicios espirituales ha sido causa de perseguirlos...

Capítulo XVI. Conclusión de todo lo dicho en esta primera parte del camino espiritual.