Imitación de la Santísima Virgen bajo el modelo de la imitación de Jesucristo obra escrita por un sacerdote francés.
México: Imp. de J. R. Navarro, 1850.
Tabla de Contenido
Preliminares Libro I. En el que se Consideran la Vida y Virtudes de la Santísima Virgen, Desde su Inmaculada Concepción Hasta el Nacimiento de su Divino Hijo en Belén.
I. De la Imitación de las Virtudes de la Santísima Virgen.
II. De la Estimación que Debemos Hacer de la Gracia Santificante.
III. Del Cuidado que Debemos Tener de Conservar la Gracia Santificante.
IV. Del Cuidado que Debemos Tener de Crecer en Gracia y Perfección.
V. De la Necesidad que Tenemos de Dedicarnos a Dios con Tiempo.
VI. Como es Necesario Dedicarse a Dios Enteramente y para Siempre.
VII. De las Ventajas y Dulzuras de la Soledad.
VIII. De la Elección de Estado.
IX. De la Pureza, y de la Estimación que Debemos Hacer de Esta Virtud.
X. De las Precauciones que es Necesario Tomar para Conservar la Pureza.
XII. Como las Gracias de Dios son para los Humildes.
XIII. Como la Verdadera Gloria se Halla Principalmente en la Humildad Cristiana.
XIV. Que una Alma Humilde Procura Ocultar a los Ojos de los Hombres lo que es en la Presencia de Dios.
XV. De la Prudencia de la Fe.
XVII. De los Vivos Deseos que Debe Tener una Alma de Recibir a Jesús por la Comunión.
XVIII. De los Sentimientos que Debe Tener una Alma Cuando Posee a Jesús por la Comunión.
XIX. De las Sequedades que Padecen Algunas Almas en sus Ejercicios de Piedad.
XX. Del Fruto que se Debe Sacar de la Comunión para la Conducta de la Vida.
XXII. De las Grandezas de Dios.
XXIII. De las Misericordias de Dios.
XXIV. Del Reconocimiento que Debemos Manifestar a Dios por sus Beneficios.
XXV. De las Visitas.
XXVII. De la Verdadera Amistad.
XXVIII. De la Confianza en Dios, y Como Debemos Abandonarnos a su Providencia.
XXIX. De la Obediencia.
Libro II. En el que se Consideran la Vida y Virtudes de la Santísima Virgen, desde el Nacimiento de su Hijo en Belén, Hasta el Tiempo en el que se le Vio Dar la Vida Sobre el Calvario por la Salvación de los Hombres.
X. Como se Debe Portar una Alma, y de los Sentimientos que Deben Ocuparla.
XI. Del Cuidado que Tiene la Providencia de los Justos.
XII. Que se Puede Servir a Dios en Cualquier Estado y Situación en que nos Coloque.
XIII. Del Fervor que se Debe Tener en el Servicio se Dios.
XIV. De la Desgracia que Padece el que Pierde a Jesús.
XV. Del Ardor con que Debe Buscar a Jesús el que ha Tenido la Desgracia de Perderle.
XVI. De la Conducta que Debe Observar una Alma Después de Haber Vuelto Hallar a Jesús.
XVII. Como el Alma Fiel no Debe Desanimarse Cuando Experimenta Sequedades.
XXIII. De la Necesidad de Santificar el Trabajo y las Demás Ocupaciones del Día.
XXIV. Del Amor que Debemos Tener a Jesús.
XXV. De la Necesidad de Estudiar a Jesús y de Imitarle.
XXVII. De la Eficacia de la Oración.
XXVIII. Como la Virtud no es Incompatible con la Buena Crianza.
XXIX. Cuan Dulce Cosa es Oír la Voz de Jesús, y de la Eficacia con que una Alma Debe Escuchar sus Instrucciones.
XXX. Que no se He de Buscar la Gloria de Este Mundo, ni la Estimación de los Hombres.
XXXI. De la Necesidad que Tenemos de Sufrir al Prójimo con Espíritu de Caridad y Dulzura.
XXXII. De la Resignación que se Debe Tener en la Voluntad de Dios, aun en Aquellas Cosas que Parecen Contrarias a los Intereses de su Gloria.
XXXIII. De las Señales de la Verdadera Santidad.
Libro III. En el que se Consideran la Vida y Virtudes de la Santísima Virgen, Desde el Tiempo en que se Vio a su Divino Hijo dar su Sangre y su Vida en el Calvario, Hasta el día de su Gloriosa Asunción.
I. El que Ama a Jesús Debe Subir al Calvario y Padecer allí con El.
II. De la Conformidad que Debemos Tener en la Voluntad de Dios Cuando Estamos en la Aflicción.
III. De la Paciencia.
IV. Como Dios Reserva Muchas Veces los más Grandes Sufrimientos Para los que son más Fieles.
V. Como una Alma no Debe Turbarse a Vista de la Repugnancia que Siente al Padecer y Sufrir.
VI. Que a Vista de Jesús Crucificado Debe Padecer un Alma con Valor y Constancia.
VII. De los Sentimientos que Debemos Tener para con Nuestros Enemigos.
VIII. De las Disposiciones que Debemos Tener Cuando Vemos Padecer a Nuestros Parientes y Amigos.
IX. Del Espíritu con que Debemos Sufrir la Perdida de Aquellas Personas a Quienes Tiernamente Amamos.
X. De la Necesidad que Tenemos de Afirmarnos en la Fe y en la Esperanza Cuando Nos Hallamos en Circunstancias que Parecen Contrarias a Estas Virtudes.
XI. Que Dios Envía el Consuelo Después de la Tribulación.
XII. Que Debemos Dirigir al Cielo Nuestros Afectos.
XIII. De lo que Debemos Hacer para que Descienda Sobre Nosotros el Espíritu Santo.
XIX. Del Amor a Dios.
XX. Que la Gloria del Cielo Nos Esta Prometida Bajo el Titulo de Recompensa.
Libro IV. En Donde se Trata de los Sentimientos de Respeto, Estimación, Zelo, Amor, Ternura y Confianza de que Debemos Estar Penetrados a Favor de la Santísima Virgen.
II. De los Rasgos de Semejanza que hay entre Jesús y Maria.
III. De la Gloria de Maria con el Cielo.
IV. De la Dicha de San Juan, a Quien Jesús dio a Maria por Madre.
VI. Del Zelo que Debe u Hijo a Maria por los Intereses y Gloria de su Madre.
VII. Del Poder que Tiene con Dios la Santísima Virgen en Favor de los Hombres.
VIII. De los Sentimientos de Bondad que Esta Penetrado a favor Nuestro el Corazón de la Santísima Virgen.
IX. De la Invocación de Maria.
XI. De la Oración que se Llama Comúnmente Salutación a Angélica.
XII. De la Confianza que Debemos Tener en Maria, Mientras Vivimos en Este Mundo.
XIII. De la Confianza que Debemos Tener en Maria a la Hora de la Muerte.
XIV. De la Devoción con San José, Esposo de la Santísima Virgen.