I. Del bien de la vocación religiosa, por ser Dios el que llama.
II. Grandes bienes que siguen a la vocación de la religión.
III. Grande estima que se ha de hacer de la vocación, y ha de causar vivos deseos de la perfección.
IV. Como debe Dios ser amado por ser esposo de nuestras armas.
V. Como debe Dios ser amado por ser amigo nuestro.
VI. Como debe Dios ser amado por ser nuestra vida, y ser nosotros un cuerpo en Cristo.
VII. Como debe ser amado Dios por hacernos todos los bienes.
VIII. Como debe Dios ser amado por ser nuestro…
I. De la obediencia y rendimiento a Dios en el modo de servirle.
II. De la oración y mortificación.
III. De la caridad y penitencia.
IV. De la paz en los trabajos.
V. De la confianza en Dios y dolor de las faltas.
VI. Como se ha de sacar provecho en las faltas, y resistir a las tentaciones.
VII. Del bien de las tribulaciones y trabajos.
VIII Para la discreción de espíritu en sentimientos del corazón.
IX. De la limpieza de afectos, y regla de la razón con que se ha de vivir.
X. Medios para el sosiego y paz del corazón.
XI. De las jornadas, y nueve ventas del camino de la perfección.